Las hay de mil colores y texturas
y cada una de ellas tiene una historia que contar,
miles de experiencias que conyeba su corta existencia,
pero que el que caigan y se vayan no significa su fin
ya que tras de ellas vienen más.
Las hojas me recuerdan a cada instante
los matices que las situaciones pueden tomar,
y las eternas preguntas que sin respuestas
se formulan en nuestra cabeza,
si estará bien o mal tomar tal o cual decisión,
si es una oportunidad de crecer
o decidir permanecer pegados a la rama
que nos ha visto crecer.
Las agallas para soltarnos y caer
pintar el piso dónde caemos
dejarnos llevar por el viento
hasta conocer nuevos sitios
nuevas experiencias y tal vez ahí
sea el lugar dónde debemos estar.
Y antes de decidir si soltarme o no
sólo pienso en mi momento
y decido disfrutarlo al máximo.
El Abuelo.
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