Después de un día agitado de trabajo y una semana que pareció ser el mismo infierno, me da gusto que al voltear a mi lado, a pesar de todos los amlos sentimientos que provoca el nido del mal, aún tengo a alguien que toma fuerte mi mano y cree en mí.
No sé si mis inquietudes se resolverán, no se si se dormirán en mis piernas, no sé si el nido del infierno se volverá algo constructivo y no sé si mis sueños se sentirán palpables, pero mientras alguien no se dé por vencido y sujete mi mano al caminar, simplemente todo vale la pena.
Gracias por ser el refugio, santuatrio y mi hogar.
I HEART YOU.
El Abuelo.
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