Había una vez un pequeño niño que luchó contra todo y todos por hacer lo que le gustaba; sacrificó hasta su propia salud pero logró irse colando y ver realizando su sueño, todo parecía ponerse en el camino sin buscarlo para que fuera sintiendo esa satisfacción inigualable de palpar sus sueños.
Un día, la edad y la "educación" académica se cruzaron por su camino, la responsabilidad de crecer lo acecharon y descubrió que sin un papel, como todo mundo le decía, no podría irle bien cuando fuera grande. Así que decidió ponerle stop a todos sus sueños, para dedicarse a terminar su preparatoria y carrera.
Pasaron varios años, dónde lo dio todo por alcanzar ese objetivo, pero al final del camino descubrió que las cosas no fueron como esperaba, se alejó por completo del mundo en el que ya estaba, perdió figura y condición, descubrió que es mentira que al tener tu papel las cosas cambiarían, y a pesar de haber acabado con honores su carrera, todos los lugares de trabajo le cerraron las puertas.
Un par de años pasaron desde que alcanzó ese falso objetivo, y sus días se fueron volviéndo grises, pedacitos de su alma se fueron cayendo con el sudor de su caminar. Los sueños se esfumaron de su cabeza, así como tambien sus logros. La sonrisa sólo era fingida para evitar contestar las malditas preguntas del "¿Qué tienes?" y el dolor en el pecho crecía cada día más, sin mencionar que la incomprensión total de la situación por parte de su mundo, lo tomaba fuertemente de la mano.
Un día un ángel cayó del cielo, y a pesar de todo tipo de situación física, mental, sentimental y de fe, lo tomó entre sus brazos y lo ha intentado llevar volando entre las sombras, de hecho lo ha apoyado en sus creencias y sueños. Un día se encontraron un santuario que aceptaba a la gente que aún sueña, y que ve en un futuro cumplir con su deseo de vivir pleno al cumplir sus sueños, y ese ángel impulsó al pequeño niño a formar parte de dicho santuario.
A pesar que fuera de él las sombras y los malos ratos siguen acosando al niño, las horas que vive dentro del santuario lo llenan de esperanza, y las chispas de luz vuelven a brillar ante sus ojos, descubrió nuevos niños que creen y sueñan como él, y también otros ángeles que lo entienden y lo ayudan a no caer. De hecho descubrió que hay seres muy parecidos a él y a su sentir, y que ahora gracias a ellos va saliendo de nuevo adelante.
Muchas veces no vio tantos seres de luz que lo impulsan y sostiene para que no caiga, y los pensamientos negros y llenos de vacío lo cegan, pero trata día con día de salir de nuevo y llegar a ese jóven que antes de bandonar sus sueños por un papel inútil era pleno y feliz.
El camino se ha comenzado a trazar de nuevo, y una pequeña semilla se plantó, esperando que sea la primera de muchas y varias diferentes, que poco a poco lo lleven a la luz total de su vida...
Les dejo esa semilla, esperando que les guste. Un pequeño artículo que gracias a uno de esos Ángeles que me cuidan se hizo posible. Fue publicado esta semana en el periódico Milenio. Espero les guste:
FE DE ERRATAS
En realidad no tengo 24 años, el sábado cumplo 27, pero fue un gran halago. Gracias.
El Abuelo.
2 comentarios:
Felicidades, tienes talento y creo que podras lograr lo que te propongas, felidiades a tu maestra por tener la humildad de impulsarte y felicidades al angel del que hablas por encontrar en ti lo que otros no querian ver... un abrazo desde españa, te sigo cada vez que puedo desde hace tiempo y me gusta leerte porque siento nostalgia de mi mexico.
Edgar,
Edgar:
Que gusto ver tu comentario, todo lo que escribo sale del alma, y es bueno saber que alguien de tan lejos me siga, de verdad es un gran halago y mucho mas que te pongas en contacto, porque eso genera una retroalimentación, mil gracias por tus palabras y tu México siempre estará aquí y en tu corazón. Abrazo.
Abuelo.
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