En muchas ocasiones no recordamos todas las aventuras que creabamos cuando eramos niños. Desde creernos super héroes, hasta construir un fuerte o carreteras llenas de peligros mortales, de imaginar grandes ciudadesy espectáculos masivos y jugar a tener responsabilidades, viajabamos a la luna, y manejabamos un país como se debería de hacer; siempre sonreíamos y tratabamos de no cuestionar las cosas, sólo disfrútabamos lo más que podíamos de lo que era nuestra realidad.
¿Qué pasa cuando uno va creciendo que pierde esa magia?
No sé la respuesta, no sé porque las cosas se deben de complicar para "madurar", sólo nos vamos metiéndo en un caparazón, que busca protegernos de todos y todos, la confianza se quiebra y los sueños mutan por cuestiones vanales y pasajeras, el conformismo se apodera de nosotros y la apatía nos agarra de la mano.
Olvidamos, borramos, eliminamos todo recuerdo de juego y armonía que no necesariamente tenía que tener sentido, y que ahora si lo vemos en alguien mayor simplemente es demencia.
¿Por qué es tan difícil el esperar cierta hora del día para poder comprar una paleta que nos alegrará el día y cambiará y cubrirá todos nuestros malos ratos? ¿Por qué ya no jugamos? ¿Por qué ya no creemos en fantasías que nos llenan de ilusión la vida? ¿Por qué ya no generamos magia?
Sólo es cuestión de querer... de cambiar nuestra vida y nuestro rumbo y dejar de ser parte del grupo de gente que no quiere ver...
Yo quiero ver... ¿Y tú?
Felíz día.
El Abuelo.
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