domingo, abril 18, 2010

Ganas de huir


Los sentidos se mojan bajo las gotas de lluvia que caen sobre mi,
el cielo se pone gris, el negro se apodera de sus contornos,
el viento, nuestro espacio, y el cielo lloran, están tristes
sienten esto mismo que el pecho reclama en mí.


Impotencia, es lo que describiría mejor este estado,
las cosas día con día saliéndose de control,
la esperanza se va apagando y la mirada se pierde muerta
deja poco a poco de buscar la salida,
se inhunda en medio del sistema y la mente cerrada de quienes nos "guían".


Decisiones sin análisis ni estrategia,
esperando ver si funciona dentro del mundo de posibilidades
delegando las consecuencias a gente que sin tener alternativa
tiene que bajar la cabeza, morderse los labios y simplemente hacer lo que le dicen.


Se ha perdido ese espíritu de oponerse al verdugo
se han perdido las ganas y la autonomía,
y vivimos exclavos de pensamientos dictados
marcados, y pensados simplemente en beneficio de pocos
y con el pánico de perder las migajas que tenemos.

¿Y después se preguntan el por qué los deseos de huir?


Contéstense esa pregunta,
cuando el espejo dónde se reflejan aún muestre la respuesta,
o simplemente dejen que se siga rompiendo
a tal grado que llegue el día en que ninguno
sea capaz de ver nada, más que puras grietas
que ahora forman la realidad de nuestro reflejo,
de la esencia en la que nos estamos convirtiendo.


Lo que es un hecho
es que allá afuera el viento seguirá soplando,
que la lluvia caerá y lavará nuestra memoria
que caminaremos mojados, mientras algunos
sólo abren otra botella y se confortan bajo el calor de una chimenea,
y las ganas de huir, seguirán gritando esperando ser escuchadas.


El Abuelo.

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