lunes, octubre 26, 2009

Más Allá...


Los rallos del sol, caen y pegan contra la tierra fértil. La misma tierra que ve crecer plantas, alberga abono y le da vida a miles de criaturas subterráneas, que muchas veces no podemos ni imaginar. Las hojas grandes logran cubrir del calor a los pequeños guerreros que trabajan sin cesar para conseguir comida, refugio y una comunidad longeva y fructífera.

Bajo una de estas grandes hojas, existe un hormiguero, repleto de pequeñas hormigas que con su color terracota hacen juego con los granos de tierra que resbalan por sus patas y de vez en cuando golpea sus antenas. Todas trabajan bajo las mismas reglas, y el esfuerzo aumenta mientras las horas del día avanzan con el movimiento de las sombras en el piso.

En medio del centenar de trabajadores se encontraba una hormiga especial, una que no sólo caminaba sin rumbo siguiendo una hilera de sus compañeros que los guiaban a su destino final; sino que ella veía hacia arriba, fuera del hormiguero, que tenía la cabeza llena de preguntas, de ganas de saber, de romper esquemas, de salir de la alineación y encontrar esa oportunidad que la haga destacarse de las demás, demostrando que las reglas no son absolutas y que puede crecer en otra cosa, fuera de su búsqueda incansable de comida y materiales de construcción.

Mil veces lleva intentando salirse de la hilera, correr a otra dirección, pero la fuerza de sus compañeras se lo impide, y ya la traen bajo la mira después de varios intentos fallidos, y delos cuáles se han dado cuenta de sus intenciones; y aún así nunca deja de hacer su trabajo bien, de hecho, dá de más, sin reconocimiento alguno.

Actualmente se encuentra aún observando a la luz que ingresa a su hogar por la entrada del hormiguero, no sabe si saldrá alguna vez a algún lugar distinto de las demás, no sabe si llegará a cumplir sus sueños, no sabe si vivirá sus fantasías, pero a pesar que las ganas se agotan y la desesperación la inhunda, sigue sin quitar la vista del horizonte; tal vez un día no muy lejano, el destino le juegue una buena jugada...


El Abuelo.

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