domingo, mayo 17, 2009

La caja de música


Hay historias entre nosotros de las cuáles nunca nos percatamos, pero eso no significa que no sucedan, y menos imaginar aquellas que suceden en los objetos o situaciones que creemos imposibles y absurdos, como es el caso de esta pequeña historia.
Todo comienza en un regalo de Navidad, una pequeña caja musical envuelta en un papel rojo sin dibujos y un listón plateado, que un hombre le regala a su ya anciana madre. Ésta al abrir la caja se ve sorprendida al tener un objeto tan insignificante pero lleno de magia que la acompañaría en sus eternos días y noches de soledad, ya que su esposo la había dejado terminar el camino sola después de un fuerte infarto al corazón tres años atrás.
Después de esa Navidad, la anciana llegaba a su cuarto y sentarse en ese pequeño sillón que daba a la ventana que le mostraba la ciudad llena de vida, a la cual ella ya no pertenecía, porque simplemente su vida se escapaba de su cuerpo y la energía se quedaba en la calle, mientras su cuerpo se envejecía cada día más; pero en lugar de que sus pensamientos se elevaran al aire y pensara en cuándo llegaría el final de sus días, como lo hacía antes; mejor colocaba esa pequeña caja musical junto a ella y la abría.
Se dejaba envolver en su melancólico sonido y su vista cansada se perdía en la danza de la pequela bailarina que salía de la caja; la melodía le hacía recordar todos aquellos momentos que vivió; a sus padres, sus amigos, su familia, sus logros y fracasos, para compilarlos en sus recuerdos y crear el libro de la historia de su vida, la mejor novela escrita por ella... pero mientras la anciana se llenaba de sus recuerdos y los ojos le brillaban con ese destello de lágrimas, la bailarina entendía y hacía comunión con ese sentimiento; sabía queno tenía manera de gesticular pero sentía como bailaba lo mejor posible y en circulos sin marearse, para llenar de alegría los últimos días de vida de ese ser que contribuyó con ser un engrande más del planeta.
Además ese era el momento más felíz de la bailarina, las tardes cuando la sacaban a bailar, después de esperar tantas horas sola para poder hacer su trabajo; cada noche siempre dándo lo mejor de ella para hacer felíz a su compañera y poseedora. Se sintió tan unida a la anciana que pensó entenderla por completo, como si la hubiera conocido desde niña.
Pero el tiempo nunca se detiene, ni las manecillas y llegó el momento dónde la señora se fue, y ya no había más tardes de baile frente a la ciudad ý sentir un propostio en su vida. La balarina no entendió por completo que pasó, pero sentía el dolor de la perdida y la confusión abrumó sus días. Aún no hubiera nadie en ese departamento ella decidió seguir bailando, al ritmo de la melodía, pensaba que en algún punto la anciana escucharía el sonido e iría a verla bailar.
Pero nunca sucedió, el tiempo transcurrió y por más esfuerzos que la bailarina hacía, nunca más vio la cara de la señora llena de recuerdos, y fue cuando se preguntó qué recuerdos tendría ella; y por más que lo intentaba no podía recordar nada más que el primer día que vio el rostro de la desaparecida, y en ese preciso momento, por la falta de cuidado al artefacto, la caja de música dejó de sonar, esa melodía dejo de enviar su mensaje al aire que rodeaba el lugar, y ella dejó de moverse, quedó con su rostro fijo en la calle húmeda por la lluvia, era de noche y las luces de la calle le reflejaban su rostro seco, inexpresivo, pero no apagaba ningún sentimiento que llevaba por dentro.
Nunca supo si fueron las ganas agotadas, la falta de fé o la tristeza de no poder lograr sus propósitos, pero dejó de creer poco a poco en sus capacidades y lo bien que bailaba, y lo maravilloso que se sentía el aire cruzar por todo su cuerpo al bailar y lo increíble e indescriptible que era ver la mirada de la anciana al ver su baile, porque en ese momento se sentía exitosa y servible; pero ahora no había energía que la ayudara a siquiera mover un poco los pies.
El golpe más fuerte fue cuando entendió como se sentía la anciana cada noche, y conoció la soledad, y así como ella día con día veía la vida en la calle y el sentimiento de soledad la comía, era la vida y como se veía sin ella, sin nadie en el mundo que tuviera consciente que existía, y hora tras hora deseaba otra caja de música que pudiera acompañarla con su agonía y la llevara por los caminos de los recuerdos de aquellos días que la hacían completa.
Pero nunca paso nada, nunca se cumplieron sus anhelos por más que dio lo mejor de sí, y quedó olvidada en esa mesa llena de polvo que vivía jutno a la ventana que era testigo de un sin fin de historias que cruzaban frente a ella todos los días; miles de sentimientos que están juntos pero no son conscientes de los otros, y hay muchas cosas que se olvidan, y hay otras que nos olvidan, pero la soledad mata todo tipo de razón, y fue la soledad quien envolvió a la bailarina hasta el punto en qué se perdió en la oscuridad, quedando en su memoria los intentos de dar lo mejor de sí y repitiendo dentro de ella una y otra vez.. "extraño bailar"; y así cerró sus ojos y sus deseos se esfumaron al aire.
A partir de ese momento, en el cementerio dónde descanza la anciana, se escucha de vez en vez el sonido de la caja de música y un pequeño sonido de una falda moverse al ritmo de la melodía.
El Abuelo

5 comentarios:

CelXyA dijo...

Que historia tan triste :( y llena de soledad

...

me depriiimo x.x

Anónimo dijo...

Yes if the truth be known, in some moments I can phrase that I approve of with you, but you may be making allowance for other options.
to the article there is still a definitely as you did in the fall issue of this demand www.google.com/ie?as_q=concept draw professional 7.401 ?
I noticed the axiom you have not used. Or you use the dreary methods of inspiriting of the resource. I suffer with a week and do necheg

Anónimo dijo...

Voy a llorar :'(

Anónimo dijo...

Hola no se si todavia ves este blog, he leido la historia y me traen recuerdos. Estuve buscando la bailarina de mi abuela y por fin la veo en tu blog, es igual si tengo 47 años, de pequeño le pedia mi abuelo que me la pusiese y ahora echo en falta ese recuerdo de mi abuela.
Me cauerdo que las patitas estaban sultas y tenia un eje que le daba vuelta y la subia y la bajaba si no recuerdo mal.
Pero mi madre la tiro hace muchos años
Porfavor si me la ventieses, llevo tiempo buscandola, me acordaria de mi abuela. Muchas gracias
Si me contestas por aqui ya te envire mi correo o movil

Anónimo dijo...

Hola anonimo y creador del blog, estoy en la misma situación. Buscando la bailarina que me ponían mis abuelos cuando era pequeña. Si la tienes, me podras decir si sale escrito por algun lado el nombre del fabricante o alguna información? Muchas gracias!
dukkad@hotmail.com