y no desde bebé ya está crecidito y bien educado,
además que la tranquilidad es lo que lo caracteriza.
La paz y la alegría de llegar a casa y saber que está ahí, esperando.
Cada noche mi mano alimenta su noche y el vela mis sueños,
mientras acompañado de la alegría del sol
que me abraza durante la noche,
como guardián a un costado descansa y sueña
y cada mañana mejor que despertador me despierta,
necesitando atención y cariño.
Hoy, a pesar de las ideas, las paredes, el miedo y la inquietud,
aprendo poco a poco a quebrantar la razón y simplemente
abrir los brazos y recibir un lindo saludo de mi hijo.
La alegría arrebata mi suspiro, al sentir que mi vida está completa.
Un gran pilar y un gran sueño que llegó de la mano con una criatura
que ahora forman parte de mi camino y de mi realidad,
diariamente, sin remordimientos, sin más rodeos.
Simplemente un sueño hecho realidad.
Love ya Napo.
El Abuelo.
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