miércoles, marzo 10, 2010

La vida real... fracaso real.

Reloj - despertador - 4 veces se repite...
abro, cierro, abro, cierro; tengo que abrir...
respiro profundo, tardo varios minutos de hacerme a la idea...
si, otro día llegó.

Medio me visto, medio me arreglo, medio me apuro
los minutos pasan rápido, sólo en este momento del día
no me da tiempo de desayunar, todo está botado
salgo corriendo, mal alineado con ganas de seguir acostado.

Frío, entro, gente, calor, sudo, no lo soporto, me aplasto.
Tardo, miro a los demás, mi cabeza cae lentamente tratando de perderse,
bajo cambio de vagón, cambio de transporte, y sigo tratando de hacerme a la idea.

Llego, nadie hay aún, rápido prendo, separo, leo e imprimo;
contesto, peleo, me desesperan, no saben ni como se llaman, la estupidez existe.
Te piden pasciencia, y todo se les debe aguantar, ¿y yo qué culpa tengo?
que se mueran.

Hambre, trato de aguantar y sobre llevar las horas,
risas, ocurrencias y chascarrillos que intento hacer,
pues trato de llevarlo lo mejor que puedo.
Pero las horas pesan, son lentas, me asfixian.
No hay nada divertido, me seco, pierdo sentido, pierdo fe.

Las razones, no son entendibles, y prefiero callar.
Todos te dicen "debes aguantar", "ya llegara".
¿En serio?¿llegará?
cuántos años más hay que esperar...

¿Pesimista? si, porque no hay razones para regresar a su contrario,
cada uno habla como le va en la feria, y creo que es cierto.
Hojas y hojas y más hojas, pasan y pasan frente a mis ojos,
la paga no es equitativa, pero tampoco mala y nuestra cultura una vez más nos dice...
debes aguantarte, por lo menso tienes trabajo.

Todo el tiempo esa actitud conformista
pero ya me enferma, me hace vomitar
y me veo frente a un mar inmenso que quiero cambiar
pero apenas soy un grano de arena.

No por eso dejo de intentarlo.
Pero en fin, salgo, respiro, hay veces que el simple hecho de regresar a casa
desde ese lugar me quema, intento mirar afuera, perderme, sentirme sin pertenencia,
y así es como llego, me tiro, pienso, y la cocina me llama.

Prende, corta, descongela, sazona, calienta y mezcla,
y a pesar de todo sabe feo. De malas termino, aviento, refrigero...
mi cama me llama, pero aún no puedo descansar,
aún falta el tratar de aportar algo creativo que pueda sigificar esa vela que lo cambie todo
y que tengo fe en que pronto cambiará todo...

Pero aún no pasa, no se que sigue.
Sólo duermo, medio descanso y comienzo de nuevo...

Todo se repite. Todo es tan... muerto.

El Abuelo.

No hay comentarios.: