La bóveda oscura nos cubre
las estrellas juegan en sus extraños caminos
y debajo de ellas masas negroides
que arrazan con su interior
para dejar caer la más fluída torrencia
que inhunda nuestros sentimientos.
Pero el ambiente nos limpia
nos enjuaga los malos ratos
y emerge ese delicioso aroma a tierra húmeda
que nos remite a lugares lejanos,
esos lugares dónde se encuentran nuestros sueños,
dónde las cosas son mejores
dónde el café nos mantiene calientes.
Mi alma está cansada y desnuda
mis ánimos casi no se ven
mirada perdida en la inmensidad
y un corazón que aún late.
Caminos cercanos a difurcarse
con nuevos retos y decisiones
pero de momento la lluvia impide ver
lo que hay por delante
así que decido mojarme
empaparme de ella;
y vivir la noche
que se lleva con ella
mis más irreales sentimientos
y deseos ocultos.
Noche abre los ojos
noche envuelveme en tí;
acojeme en tu misterio
dejame sentir...
El Abuelo.
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