Días grises, oscuros
pero trato de ponerles color
imaginarme los cielos azules
pocas y pequeñas nubes blancas
que simulan algodón.
Ganas de estar en la playa
el sol, a temperatura exacta
un jacuzzi y un martini en la mano
con música que crea ambiente
y ganas de no salir de ahí.
Ganas de sentir el cambio,
un cambio radical evidente,
tengo ganas de divertirme
de explotar, cruzar excesos.
Deseos de salir lejos
y no regresar en un buen tiempo,
vivir cosas nuevas
y explotar mi creatividad.
Necesidad de divertirme al trabajar,
trabajar en lo que me gusta y destacar,
ir a lugares nunca visitados
escribir historias nunca antes contadas
y llenar de magia la imaginación.
Tengo ganas de cantar fuerte y alto
y nunca callarme, nunca dejarme, nunca dejar de ser yo
con mi desenfreno, y mi manera de arreglar las cosas
de regresar a los escenarios
y volver a ser difernetes personas.
De ver más películas,
y llenar mi pared de ellas,
de vivir en un lugar más grande
dónde sienta que es mi hogar,
conceptos que rodeen mi vida
y sonreir cada minuto.
Y de repente una gota cae sobre mi hombro
y me trae de regreso al día gris...
ni modo, así es la realidad.
El Abuelo.
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