miércoles, junio 25, 2008

El intento fallido de un gran proyecto


No diré mucho, sólo que traigo algunos proyectos a largo plazo que comienzo a cocinar... y ahora sólo quiero compartir con ustedes un ejercicio fallido de parte de uno de los proyectos, pero no por no cumplir todas mis expectativas significa que lo deseche, jejejeje así que aqui se los dejo...


xox


Para grandes inicios… un beso.


De alguna manera todo comienza, e invariablemente se dirige a un final, ¿cuál será mi final? Tal vez ni Dios lo sabe aún, o peor aún, ni el mismo destino, pero ese principio da vuelta en mi mente una y otra vez; que si ¿me arrepiento? ¡Nah!; Que si ¿pudo haber sido diferente? Tal vez; pero la vida es como un accidente, ya ocurrido el incidente no hay poder humano ni divino que pueda cambiarlo, sólo se puede recordar lo sucedido y sobrepasar los daños.


En muchas historias se cuentan historias sobrenaturales, fantásticas, con grandes personajes y aventuras, siempre con un lindo personaje inocente que es acechado por criaturas oscuras y malas intenciones, pero ¿qué pasa cuando se cuenta la historia de alguien no tan lindo?, tal vez de un monstruo o un ser que ha sufrido y ha hecho sufrir. Que tal si la historia no es tan rosa y más bien se torna roja y negra, ¿se atreverían a conocerla?


Tal vez lo primero que recuerde son aquellos pequeños piecitos del 2 caminando y brincando entre bloques de concreto, con las manos y pies agitándose al paso del viento y conociendo su nuevo vecindario, bueno en realidad sólo 3 edificios alrededor del suyo porque aún es pequeño, a lo mucho 4 años y medio y a pesar de que suene descabellado, no es acompañado por ningún adulto ya que se encuentran más ocupados en el trabajo o arreglando problemas de mis hermanos mayores. Mientras aún seguía brincando, de repente golpeó mi pie una pelota color rosa, no alcanzó a dar ni dos rebotes cuando ya había volteado a ver de dónde provenía, pero entre los edificios no se veía nadie, me agache tome la pelota y volví a tratar de ubicar a su dueño, y de repente entre 2 coches se levantó lo que se convertiría en mi primer amigo-vecino con el cuál pasaría horas y horas de diversión.


De hecho la diversión empezaría muy temprano ese día, después de que se acercara y se presentara: Me llamo Jona, ¿quieres jugar? Así de sencillo y sin vacilaciones jugamos a tirar la pelota, lo acompañé a guardarla a su casa, corrimos y estuvimos en los columpios, dimos vueltas en el pasamanos y después de algún tiempo le dije que tenía que regresar a casa, decidió acompañarme hasta la entrada de mi casa, y así no más me dijo que le había caído muy bien y que en realidad el tampoco se juntaba con nadie, que le daba gusto poder jugar conmigo y era por eso que quería besarme…


¿Beso?, ¿Qué es eso?... pregunté; él me dijo que era una muestra de cariño con la gente a la que apreciabas, pero que no podía vernos nadie, no cuestioné esa observación y petición, me intrigó mucho más saber que era besarse, entonces entramos al edificio y justo ahí, e la planta baja de mi edificio, se fue acercando poco a poco a mi, hasta que su boca rosó la mía, en realidad sólo fue colocar sus labios encima de los míos, y sin querer, comencé a sentir algo de pena, mis mejillas se pusieron rosadas pero la sensación era agradable, me gustó; instantes después salió corriendo a su departamento y yo sin cuestionar nada sólo me quede ahí parado, tocándome mis labios y con la mente en blanco, mientras veía cerrarse la puerta lentamente, esa puerta que instantes atrás lo habían visto salir, pero no se fue solo, porque con él se fue un suspiro mío y las ganas de volverlo a ver, de volver a… besarlo.

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