miércoles, agosto 27, 2008

Biskets con mantequilla, jamón y queso


Primero conseguirte
recién horneado, dorado y oloroso
llevarte en mis manos hasta la mesa
para que después de volar entre citricos,
música melancólica y una noche tranquila
pueda seguir sonriendo a través de mi emoción incontenible.


Después llega un pequeño roce
por arriba y por abajo
sentir la mantequilla derritiendose
con sentimientos a flor de piel
miles de particulas calientan el aire
y resbalan en el suave pan para dorarlo.


Con el calor visible, se agrega el jamón y el queso
que se derriten en un mismo acto
conjugando dos decisiones, que con el tiempo
desean perdurar, olvidando que en el pasado
eran elementos aparte, que siempre se combinan
pero fríos, guardados en el rincón, cubiertos.


Todo el acto conjuga una jugosa cena
que acompañada de blanca bebida
y oscura y caliente bebida de aguas exóticas
terminan uniendo momentos
que se vuelven irrepetibles
y haciendo invisible el tic tac
que las manecillas del reloj no dejan de hacer.


Mejor que un postre, mejor que una ilusión.
El biskets con jamón, mantequilla y queso
es la opción.

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