Qué difícil olvidar
aquello que nunca sucedió,
¿Cómo deshacer lo que nunca existió
y enfrentar lo incierto que está por venir?
Las gotas que repican en mi cabeza
tras el sol que rostiza la piel
ejemplifican incoerencias que se viven y se sienten
pero que frente al espejo
reflejan lo lejos que se llega.
Qué difícil escribir algo sencillo
y encontrar ese final que no se quiere
escuchar tan mal, pero es una despedida
qué no tuvo oportunidad de empezar
ni de decir de frente que no tenía lugar.
Palabras que alargan la verdad
la esconden, y que duelen más
que la sinceridad
pero que al fin y al cabo
terminan por cerrar ciclos
que de por si tememos enfrentar.
Así, después de una extraña mezcla
de lluvia, pájaros indefensos, aceitunas, jitomate y jamón
volteo al cielo y apesar de estar oscuro
siento que me envuelve de azul
para mirar al frente y sonreir
a pesar que el corazón
se cubra de hierro de nuevo
pero así se encuentra más seguro,
más tranquilo,
en paz...
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