De repente entra el primer rallo del sol por la ventana
y como cada mañana decides abrir los ojos
y saber que sigues vivo cuando un terrible
dolor invade tu garganta, primero es molestía
y se extiende hasta convertirse en ardor;
los ojos te duelen, la cabeza también y tu voz
es más gruesa, sientes que apenas puedes respirar;
El ardor incrementa, sientes una pelota en la garganta
y cada vez que pasa la saliba
experimentas ese dolor extremo que te hace tumbarte en tu cama
y no ir a trabajar...
TE ODIO MALDITO VIRUS...
YA DEJA MI GARGANTAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!
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