No reconozco mis ideas en estos días
al ver mi reflejo tampoco reconozco a quien veo enfrente
no conozco mis hábitos ni mis gustos
sólo reconozco el lugar dónde me encuentro parado
un mundo diferente lleno de extraños...
Mis impulsos me forzan a caminar
con la mano metida en el bolsillo
jugando entre lugares vacíos
y extrañas cosas que no recordaba tener ahí.
Y mientras mis ojos no dejan de ver
tantas siluetas que tampoco ubico
mi mente solo quiere salir huyendo y relajarse
y entre mis manos tomo una pequeña botella anaranjada
que contiene lo necesario para perderme
en este inmenso espacio sin aún ser ocupado.
Flama que inunda el sueño
calor que estimula el sentido
aceite que encuentra ese perfecto cruce con el agua
y después, humo que se eleva y se pierde entre mis cosas
dejando un aroma cítrico
que se lleva todas mis preocupaciones
y mis pensamientos se convierten en 10 gotas
que lavan las heridas y que se alumbran
con 25 velas mientras los violines danzan por toda la habitación.
sin querer, esa flama se unió a mi fuego
que incendia todo lo que está a su paso
pero sólo abarca la habitación
por no encontrar un leño más
que lo extienda
por eso poco a poco
el fuego se extingue
pero el aroma a setsuma
permanecerá por siempre...