lunes, julio 17, 2006

Confesiones de Almoada




Noche larga
no dejo de dar vueltas en mi cama
mis labios resecos
y mi mente esperando a que el teléfono suene
en cualquier momento.

Ideas y pensamientos
que no dejan de girar en mi cabeza
que trato de no complicarlas
y me harta el no poderles dar fin
tratando de dejar de entender
y empezar a sentir.

Ser yo, sin miedo
seguir entregándome como siempre lo he hecho
salir a la calle y volver a pintar una sonrisa
y que mi mente no deje de verte
porque sin ti las calles
ya no tienen sentido
el agua no hidrata más
el sol solo quema mi piel
no veo ninguna estrella brillar por la noche
mi razón deja de tener sentido
mis manos solo se resecan más
mi mirada solo se dirige al suelo
y al horizonte donde ya no existe ningún punto fijo
no escucho a las aves cantar
ni la música me inspira más.

Después de no dejar de pensar en esto
solo abro los ojos y veo mi cama
que se encuentra dividida en dos
un lado donde se esconden mis deseos y miedos
anhelos y realidades
y el otro
vacío, liso
sin vida
deseando simplemente
verte ahí
que al estirar mi brazo pueda rodearte
sentir tu respiración y tu calor
sentir una vez más como mi piel
se va enchinando
entregarme con fuerza
hasta ver como el primer rayo de sol
cae sobre tu rostro
para despertarte con un dulce beso
y olvidarnos de todo lo que nos rodea
y solo sentir esa felicidad
que nos dice que todo esta bien
que no hay malentendidos
que estaremos ahí por siempre.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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